La implementación de los sistemas de gestión de la calidad ha obligado a utilizar términos técnicos en su debida acepción.
¿Ajuste, Calibración o ambos?
¿Qué entendemos por estos conceptos que históricamente han traído confusión en las conversaciones entre usuarios y oferentes de instrumentos de pesar, como así también, entre los reparadores, fabricantes y calibradores de balanzas?
Al menos debemos saber que estos conceptos distan mucho de ser sinónimos.
En el caso de balanzas y en el de la gran mayoría de los instrumentos de medida, representa la operación por la cual se hace que las indicaciones de la escala del instrumento alcancen su máximo nivel de exactitud. Para balanzas suele hablarse de ajuste de cero, ajuste de escala (también de constante de transducción, sensibilidad o span) y en algunos casos ajuste de linealidad. Esto se ejecuta, en balanzas de precisión especial (I) y fina (II), por medio del menú. Cuentan con pesas internas o externas y software adecuado. Las de precisión media (III), se corrigen según la recomendación del fabricante por medio de software con pesas externas. Las empresas interesadas en acreditar dentro de un sistema de gestión de la calidad deberán, de aquellos instrumentos de pesar que estén incluidos en dicho sistema, realizar este control periódicamente y llevar registro de los mismos.
Representa la operación mediante la cual utilizando patrones de referencia con trazabilidad a patrones nacionales o internacionales, se miden o determinan los desvíos remanentes de indicación (que el sistema de ajuste no permite corregir), conjuntamente con todo otro grupo de características metrológicas que permite evaluar correctamente la incertidumbre con la cual estos desvíos son determinados. La metodología debe basarse en un procedimiento de calibración que permita cumplir con lo establecido por la reglamentación nacional vigente, por las recomendaciones de la ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE METROLOGÍA LEGAL (O.I.M.L.) R-76 y/o con normativas propias de la empresa que permitan asegurar la medición de la masa en los procesos de control de calidad como así también en los de fabricación. El período de validez de dicha calibración se establecerá, primeramente, en función del uso del instrumento y del mantenimiento que se le efectúe. Posteriormente, cuando se posea una historia del comportamiento, es decir, luego de dos o tres calibraciones sucesivas se evaluarán los resultados y se definirá nuevamente un período o se proseguirá con el adoptado.
